Te acercaste a un espejo y te sentiste completamente irreconocible, pensaste que nadie podría reconocerte de nuevo, que nadie sabría quién eras tú, sin darte cuenta que aquellas cicatrices que escondías debajo de un montón de palabras vacías escritas en tinta azul, eran las mismas que te harían volver veinticinco años después.
Perdiste de nuevo la batalla que contigo nadie quiso pelear,