.Nunca imaginé que alguno de éstos días vendrías y me dirías que estabas muy equivocado y que la culpa de tus malas decisiones nunca fue de ti sino de la problemática de tu cabeza. Yo nunca he culpado a mi cabeza de las decisiones que tomo, le agradezco a ella.Pero hay momentos en los que te veo tan alejado de ti mismo y de lo que eres y me pregunto en qué momento nos encontramos ahora, hemos dejado de hablarnos y parece que la vida ha seguido y nos ha seguido, ambos caminando por nuestro lado sin fijarnos más allá de lo que vemos alrededor todos los días, esos momentos me asustan ya que carezco de importancia y humanidad.No conozco tus razones y te has rehusado a conocer las mías, que la única manera de existirnos el uno al otro es sabiendo que fuimos alguna vez parte de la vida del otro, que por asares del destino ahora no lo somos y que tal vez en algunos años cuando a ti se te quite la falsedad y a mi se me muera un poco mi orgullo, podamos mirarnos a los ojos sin sentirnos olvidados, como cuando nos hemos visto y como nos veremos siempre.Cuesta trabajo comprender que ya no somos las mismas personas y que pareciera que lo que fuimos alguna vez ha muerto o dejado de existir, se llama “periodo de maduración”, desconocía yo por completo que en el periodo de maduración perdiera a un amigo, pero es como los grandes dicen: así es la vida.Un suspiro que se aloja en el espacio desconocido entre el cielo y mis labios, ¿sabes? yo jamás quise hacerte daño y creo comprender que tú también quisiste lo mismo conmigo, pero en momentos de juventud nos cuesta comprender eso, que el destino nos separa a unos y nos junta a otros. Mi destino cambia constantemente así que lo veo como, te alejaste de mi y me busqué a otro.Hay que tratar verdaderamente de comprender lo que vivimos día con día y todo el tiempo, que en un día como hoy hace mucho tiempo en el pasado estuviésemos hablando y ahora no lo hagamos, a mi no me molesta pero cuando esté muerta no quiero que toda ésta situación te pueda…Podrías escribirme algún día