Cubierta de constelaciones de chocolate,
convirtió el techo de un cuarto en el espacio sideral
¿Le has visto los ojos al Sol?
Sin sostenerle la mirada…
Imponente belleza que roba mis palabras.
Dama. Diosa.
Su roce encendió las venas de mi cuerpo,
electrificadas, traspasaron cada capa de mi piel,
células reconstruidas desde el núcleo,
una a una,
entregándose a su ser.
Mujer. Majestuosa.
Dulces labios de vino y mar.
Mirada celeste, gris,
transparente.
Piel de mango y sal.
Brillante.
Como ninguna estrella.
Ajena.
Sin dueño.
Ni descubridor.
Creadora de su propia invención.
Oh, bendita lava
desde adentro me estremeces las entrañas.
Amada. Devota.
Libérame de la angustia,
de lo difícil y estremecedor,
calla los gritos,
quiébralos desde el interior,
siembra en mi tu hermoso reflejo,
imprégname tu fulgor,
silencia las voces, cielo negro,
apaga mi llanto con el sonido de tu voz.