Contra la pared fría te escucho llamarme pero ningún sonido sale de tu boca. Es más mi desesperación por querer escucharte la que me trajo aquí. Palpita mi corazón, mi entrepierna.
Alrededor mío, miles de formas y patrones que llevan una mágica y precisa sincronía, nacen y mueren. Se rompen como tú y yo.