|| La feria ||

feria

 

Sigo esperando a que se abra esa puerta y te aparezcas. Que me obligues a entrar con promesas de cena con pan caliente y galletas. Que me hables con la mirada y acercarme a ti, platicarte. Sigo esperando a que se abra esa puerta. Vacía.

Quien existe es tu silla, me he sentado en ella. Me he recargado en sus brazos de color turquesa fingiendo que habrías de tomarme del pelo y cortarme el fleco. Decirme que fumar es malo y te hace viejo. No estás aquí.

Lo que está es tu figura construida por recuerdos ¿o es la combinación de la locura con tu ausencia lo que me provocan? Mirarte tan claramente dando largos pasos como antes. Estás aquí.

Te seguí, vine a la iglesia y no pude encontrarte, en su lugar el canto de los niños rezando, mirándome entrar por la puerta de madera, se detienen a mirarme. Te busco entre las bancas, segundo padre. Te busco en Sombrerete.

¿Por qué tan triste?, me dices caminando por las calles de piedra. ¿por qué la cara larga? sujetándome la mano. Hoy es la feria, me dices, desapareciendo entre mi niebla.

 

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