| Sueño del primer respiro |

wolf

Veo a una niña, la escucho llorando, quiero consolarla. Ella tiene el cabello largo y le cae sobre el rostro, cubriendo sus lágrimas.

Me acerco/se acerca una mujer, su madre/yo, la abrazamos y besamos su frente. Luego yo, también padre, abrazo a madre e hija. Cuando hija levanta el rostro para verme a mi, se convierte en bestia, loba de ojos rojos, resplandecientes. Me gruñe y muestra sus dientes, quiere atacarme.

Volteo el rostro, no voy a desafiarla. Se acerca lentamente, me arranco un pedazo de piel y se lo aviento, la escucho engullirlo de manera desesperada. De mi cuerpo voy tomando partes para alimentarla, hasta que llega a mi.

Aún sin mirarle, siento el calor de su aliento sobre mi mano derecha, me lame, su lengua es suave y caliente. Le acaricio la frente, me agacho (todavía sin verle) para abrazarle.

Loba y yo, y también yo, que aún sigo de testigo ante todos los acontecimientos, estamos en mi campo verde, pasto, flores, trigo, árboles, montañas, cielos rosas y naranjas. Estamos acostadas sobre la hierba húmeda, loba tirada sobre su costado y yo con mi cabeza sobre su pecho. Escucho latir su corazón, que late al mismo tiempo que el mío. Su pelo es sedoso y huele a bebé recién nacido. La beso, beso su frente, pecho, estómago, patas. Se levanta y me pongo de pie.

Todavía nos observo de lejos. Loba avanza, me espera pero no la puedo sentir. De inmediato regresa y me muerde la pierna, pidiéndome que la siga.

Nos sigo viendo, ninguna tiene ojos, sólo cicatrices y hundimiento ocular. Hemos arrancado nuestros ojos para poder vernos.